El gas sube por el fijo y el estacional: por qué empeora la factura aunque el mercado mundial se relaje

octubre 2, 2025

El gas sube por el fijo y el estacional: por qué empeora la factura aunque el mercado mundial se relaje

Resumen y qué ha cambiado

El 1 de octubre entró en vigor una nueva subida de la tarifa de último recurso (TUR) del gas natural en España. La resolución publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) fija un encarecimiento medio del 13,2% para hogares y subidas entre el 12% y el 20,1% en comunidades de vecinos. El aumento coincide con el inicio de la temporada de calefacción y responde a una combinación de factores: la incorporación del gas estacional al cálculo tarifario, mayores peajes y cargos regulados y, pese a una caída en el precio de referencia internacional, un recargo que anula ese alivio.

Cómo se compone la subida: los tres motores detrás del aumento

La actualización de la TUR es automática cada trimestre si la materia prima varía más de un 2%. En esta revisión de octubre han intervenido tres elementos clave:

  • Gas estacional: por la mayor demanda invernal, se incorpora un componente estacional que ha elevado el coste de la materia prima un 24,9% respecto a julio. Ese recargo estacional suele aplicarse en otoño-invierno y busca anticipar la mayor demanda, pero amplifica la factura en el momento de mayor consumo doméstico.
  • Mercados internacionales: el gas “de base” se ha abaratado un 6,5% por la caída del Brent y por un euro más fuerte frente al dólar. Ese descenso debería aliviar precios, pero ha quedado superado por el recargo estacional y los cargos regulados.
  • Peajes y cargos regulados: destinados a financiar transporte y distribución, han subido con fuerza, sobre todo en el término fijo. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en algunos casos el término fijo se ha incrementado hasta un 43%, lo que penaliza incluso a consumidores con bajo uso.

Impacto en hogares y comunidades de vecinos

La TUR está segmentada por tramos de consumo:

  • TUR1 (hasta 5.000 kWh/año): pensado para uso solo en cocina o agua caliente. Fijo: 3,93 €/mes. Variable: 0,045 €/kWh.
  • TUR2 (hasta 15.000 kWh/año): tarifa habitual en hogares con calefacción moderada. Fijo: 8,11 €/mes. Variable: 0,043 €/kWh.
  • TUR3 (hasta 50.000 kWh/año): grandes consumos o pequeñas empresas. Fijo: 18,82 €/mes. Variable: 0,039 €/kWh.

La OCU calcula que un hogar medio con 9.000 kWh al año pasará de pagar 553 a 619 euros anuales, es decir, 66 euros más en un solo trimestre. En comunidades de vecinos los tramos TUR4 a TUR11 sufren incrementos mayores (del 12% al 20,1%); quienes usan gas para calefacción serán los más perjudicados porque el término fijo se abona todos los meses independientemente del consumo.

El componente fijo de la factura está ganando peso: aunque la energía “de mercado” baje, el término fijo y el recargo estacional pueden provocar subidas notables para el usuario final.

Repercusiones en el sistema eléctrico y el rumbo de la política energética

El encarecimiento del gas no es un fenómeno aislado. Tras el apagón del 28 de abril, Red Eléctrica reforzó el uso de ciclos combinados de gas para garantizar la estabilidad de la red. Esa mayor dependencia del gas como respaldo implica que su precio influye también en la formación del precio de la electricidad cuando las renovables no sostienen la demanda.

Además, la Unión Europea ha prorrogado la obligación de almacenamiento mínimo de gas en los Estados miembros al 90% de capacidad, una medida que aumenta la demanda de compra y mantiene presión sobre los precios estacionales. En paralelo, la transición técnica —sustitución de hasta ocho millones de contadores de gas entre 2028 y 2032 por dispositivos inteligentes— aportará beneficios operativos (lecturas en tiempo real, detección de fraude) pero también un coste directo para consumidores: el alquiler estimado de contadores pasará de 0,58 € a 1,10 €/mes, unos 6 € adicionales al año por hogar.

Análisis para profesionales y recomendaciones prácticas

Para responsables de comunidades, administradores de fincas, gestores energéticos y oficinas de compras públicas, la situación exige una combinación de medidas tácticas y estratégicas:

  • Revisión contractual y de suministro: revisar condiciones con comercializadoras y evaluar la conveniencia real de mantenerse en TUR frente a ofertas del mercado libre; negociar cláusulas de revisión y condiciones de acceso a peajes.
  • Hedging y compras a plazo: grandes consumidores y comunidades pueden explorar contratos a plazo o mecanismos de cobertura para mitigar la volatilidad estacional.
  • Inversión en eficiencia y medidas pasivas: aislamiento de fachadas y tuberías, regulación eficiente de calderas, termostatos programables y mantenimiento preventivo reducen el consumo y el impacto del término fijo.
  • Flexibilidad y gestión de la demanda: implementar sistemas que reduzcan consumo en picos o lo desplacen a horarios menos intensivos puede reducir costes y mejorar la integración con renovables.
  • Planificación a medio plazo: contemplar almacenamiento térmico, bombas de calor cuando sea viable y proyectos comunitarios de energía para reducir dependencia del gas.

Para consumidores domésticos las recomendaciones prácticas incluyen reforzar el aislamiento, bajar la temperatura del termostato 1–2 ºC, programar la calefacción y revisar la potencia y modalidad tarifaria. También conviene comparar ofertas y consultar si mantener la TUR sigue siendo lo más ventajoso frente al mercado libre.

Riesgos, implicaciones y comparables

Los principales riesgos derivan de la combinación entre mayor coste fijo y dependencia del gas como respaldo de la red eléctrica:

  • Riesgo de tensión sobre hogares vulnerables: subidas de la factura en pleno invierno aumentan el riesgo de pobreza energética.
  • Presión inflacionaria: costes energéticos más altos repercuten en cadenas de producción y en precios generales.
  • Limitaciones de la transición: sin infraestructuras de almacenamiento suficientes ni redes inteligentes, las renovables no amortiguan completamente la volatilidad de los combustibles fósiles.

En términos comparables, muchas economías europeas registran primas estacionales sobre el gas en invierno y han adoptado obligaciones de almacenamiento similares tras las disrupciones de suministro en años recientes. La diferencia en España es la confluencia de un incremento notable en los cargos regulados y el contexto post-apagón que ha normalizado el uso de ciclos combinados como respaldo.

Conclusión

La subida de octubre muestra que el precio final que paga el consumidor depende tanto de los mercados internacionales como de decisiones regulatorias y componentes estacionales. Aunque el gas de base se ha abaratado, el recargo por estacionalidad y el aumento del término fijo han impulsado la tarifa. A corto plazo, los hogares y comunidades deben priorizar eficiencia, revisar contratos y preparar medidas de gestión de demanda. A medio plazo, la modernización de contadores y la ampliación del almacenamiento y las redes inteligentes son claves para reducir la exposición a la volatilidad, pero comportarán costes adicionales durante la transición.

Source: www.xataka.com