NAD+: la promesa de la “eterna juventud” entre la ciencia y el mercado

septiembre 28, 2025

NAD+: la promesa de la “eterna juventud” entre la ciencia y el mercado

Qué es NAD+ y por qué importa

NAD+ (Nicotinamida Adenina Dinucleótido) es una coenzima esencial presente en todas las células que participa en procesos fundamentales: producción de energía, reparación del ADN y activación de proteínas como las sirtuinas, vinculadas al envejecimiento celular. Con la edad, los niveles de NAD+ tienden a disminuir, y esa caída se ha relacionado con pérdida de función muscular, declive cognitivo y mayor susceptibilidad a enfermedades asociadas al envejecimiento.

Desde el punto de vista biológico, la hipótesis que impulsa el interés clínico y comercial es sencilla: restaurar niveles de NAD+ podría mejorar la salud mitocondrial y celular y, por tanto, retrasar o mitigar rasgos del envejecimiento. Esa hipótesis ha servido de base para el desarrollo de precursores orales como NR (Nicotinamida Ribósido) y NMN (Nicotinamida Mononucleótido), además de terapias intravenosas que ofrecen “shots” de NAD+ en clínicas estéticas.

De laboratorio a la clínica y al estante: cómo llegó la moda

El recorrido de NAD+ desde la literatura científica hasta convertirse en tendencia de consumo ha sido rápido. Investigaciones preclínicas en modelos animales mostraron efectos prometedores sobre metabolismo, función mitocondrial y longevidad relativa, lo que incentivó ensayos en humanos y la comercialización de suplementos. Celebridades y figuras públicas han popularizado tratamientos intravenosos, y clínicas de ciudades como Miami o Dubái los ofrecen como boosters energéticos y antiedad.

Al mismo tiempo, el mercado de suplementos ha puesto cápsulas de NMN y NR a la venta en plataformas masivas. Esa transición recuerda otra oleada previa de adopción masiva: los fármacos GLP-1, como Ozempic, que se convirtieron en un atajo aspiracional contra la obesidad y cambiaron comportamientos de consumo y prescripción. NAD+ ha sido apodado por algunos medios como “el Ozempic de la juventud”: una solución molecular simple, vendida como atajo frente a procesos complejos.

Evidencia científica: avances, límites y agujeros por rellenar

Los ensayos clínicos iniciales con precursores de NAD+ han mostrado señales prometedoras —mejoras en memoria, movilidad o metabolismo en estudios pequeños— pero la evidencia sigue siendo preliminar. Expertos consultados por medios como The New York Times destacan que faltan ensayos clínicos grandes, randomizados y con seguimiento largo que confirmen seguridad y eficacia en poblaciones diversas.

“Hay señales prometedoras, pero aún no tenemos la evidencia robusta necesaria para convertir las promesas en recomendaciones clínicas generales.”

Además, existe un problema añadid o: el mercado de suplementos no siempre refleja fielmente lo que promete la etiqueta. Un estudio liderado por la gerontóloga Andrea Maier detectó desviaciones de hasta un 100% entre el contenido real y lo declarado en fórmulas comerciales, independientemente del precio o la marca. Esa falta de concordancia complica la evaluación tanto de seguridad como de eficacia.

Riesgos, interacciones y problemas regulatorios

Los riesgos asociados al uso de precursores de NAD+ y sus formas varían según la dosis, la vía de administración y la calidad del producto. Fuentes sanitarias citadas en el debate público señalan que formas relacionadas de vitamina B3 pueden ser seguras en dosis moderadas, pero dosis elevadas se han asociado a cefaleas, fatiga, molestias gastrointestinales y alteraciones enzimáticas. En el caso del ácido nicotínico (otra forma de vitamina B3), pueden aparecer enrojecimiento cutáneo y bajadas de tensión.

También existen consideraciones farmacológicas: los suplementos pueden interactuar con fármacos que afectan al hígado o a la coagulación, por lo que su uso sin supervisión médica puede ser problemático. Desde el punto de vista regulatorio, los suplementos no pasan por los mismos ensayos que los medicamentos; eso deja importantes huecos en control de calidad, dosificación y vigilancia de efectos adversos.

Análisis para profesionales y recomendaciones prácticas

Para clínicos, investigadores y farmacólogos que siguen el campo, estas son consideraciones prácticas y vías de trabajo:

  • Metodología: priorizar ensayos aleatorizados, controlados y con endpoints clínicos relevantes (función cognitiva, capacidad funcional, morbilidad relacionada con la edad), no solo biomarcadores temporales.
  • Farmacocinética y formulación: estudiar la biodisponibilidad de NR y NMN por vía oral frente a NAD+ intravenoso. La vía IV puede elevar rápidamente niveles plasmáticos, pero sus efectos sostenidos y seguridad a largo plazo requieren evaluación.
  • Calidad y controles: exigir análisis de contenido y pureza en productos comerciales; favorecer estudios con lotes verificables y bienestar del paciente informado por farmacovigilancia estructurada.
  • Seguridad y población: identificar subgrupos con mayor riesgo de reacciones o interacciones (por ejemplo, pacientes con enfermedad hepática, en tratamiento anticoagulante o polimedicados) y definir límites de dosificación con base empírica.
  • Ética y comunicación: evitar el marketing que presenta NAD+ como solución definitiva; comunicar incertidumbres y alternativas basadas en evidencia.

Para profesionales de la salud que examinan peticiones de pacientes que ya consumen o quieren consumir NAD+:

  • Revisar medicación concomitante y función hepática antes de autorizar suplementos o terapias IV.
  • Comentar la calidad variable de los suplementos y, si el paciente insiste, recomendar productos que ofrezcan certificados de análisis por laboratorios independientes.
  • Priorizar intervenciones con evidencia establecida para mejorar salud a largo plazo: actividad física regular, sueño adecuado y dieta equilibrada.

Implicaciones sociales y económicas

La ola de interés por soluciones “invisibles” y de lujo se inserta en una tendencia cultural más amplia: la búsqueda de atajos ante el envejecimiento. Tratamientos caros y estéticos conviven con suplementos accesibles y prácticas de biohacking. Eso crea tensiones en atención sanitaria y consumo: desde desigualdad de acceso hasta medicalización de procesos naturales como el envejecimiento.

Además, cuando la evidencia es débil pero la demanda alta, el mercado tiende a priorizar la comercialización rápida frente a la validación científica, con el consiguiente riesgo para la salud pública y para la confianza en medicina basada en evidencia.

Conclusión

NAD+ es una pieza real y relevante de la biología del envejecimiento, y los precursores como NR y NMN representan una vía plausible para modular procesos celulares relacionados con la edad. Sin embargo, la traducción de promesas preclínicas a beneficios clínicos comprobados está incompleta: hacen falta ensayos más amplios, controlados y transparentes. Mientras tanto, el mercado ha llenado el vacío con suplementos y tratamientos estéticos cuya calidad y seguridad varían.

  • Si usted es un profesional: priorice investigación rigurosa, control de calidad y mensajes prudentes.
  • Si usted es un consumidor: desconfíe de soluciones milagro, consulte con su médico, y priorice intervenciones probadas (ejercicio, sueño, nutrición).
  • En general: la gestión responsable exige combinar investigación clínica sólida con regulación y vigilancia para proteger a los pacientes y consumidores.

Source: www.xataka.com