HybridPetya: nuevo ransomware que elude Secure Boot mediante el exploit CVE-2024-7344

septiembre 12, 2025

HybridPetya: nuevo ransomware que elude Secure Boot mediante el exploit CVE-2024-7344

Resumen de la amenaza

Investigadores en ciberseguridad han identificado una nueva cepa de ransomware denominada HybridPetya, que combina técnicas y comportamiento recordando a Petya/NotPetya con capacidades adicionales para eludir la protección Secure Boot de sistemas con UEFI. Según informes públicos, la muestra aprovecha un exploit asociado al identificador CVE-2024-7344 —una vulnerabilidad divulgada y corregida a lo largo de 2024— para ejecutar código en etapas de arranque y saltarse las protecciones de arranque seguro.

La empresa eslovaca de seguridad ESET indicó haber analizado muestras atribuidas a este nuevo ransomware.

Contexto y por qué importa

Secure Boot es un mecanismo de la interfaz de firmware UEFI (Unified Extensible Firmware Interface) diseñado para impedir la ejecución de código de arranque no firmado o malicioso. Es una de las primeras líneas de defensa contra ataques que buscan controlar el proceso de arranque y obtener persistencia a nivel de firmware o cargador de arranque.

Un ransomware capaz de eludir Secure Boot plantea riesgos superiores a los de una infección convencional a nivel de sistema operativo. Al operar antes de que el kernel y los controles de seguridad del sistema operativo se inicien, un bootkit o un módulo malicioso en firmware puede:

  • Persistir tras reinstalaciones del sistema operativo.
  • Desactivar o manipular soluciones de protección en tiempo de ejecución (EDR/AV) en la fase temprana del arranque.
  • Interferir con la detección forense y con la capacidad de recuperación.

El recuerdo de Petya (2016) y NotPetya (2017) es pertinente: ambos utilizaban modificaciones del proceso de arranque para cifrar o corromper la tabla de particiones y el Master Boot Record (MBR), causando tanto cifrado de datos como destrucción de sistemas. HybridPetya parece combinar esa capacidad con técnicas para saltarse las medidas de firmware.

Análisis técnico y comentarios para profesionales

Basado en la información divulgada hasta ahora y en prácticas conocidas de explotación de UEFI, los puntos técnicos clave que deben tener en cuenta los equipos de seguridad son:

  • Vía de explotación: CVE-2024-7344 se ha citado como la vulnerabilidad aprovechada. Aunque los detalles técnicos específicos del exploit no se han divulgado ampliamente en el informe público, la explotación en contexto UEFI normalmente busca cargas intermedias (bootloaders, drivers de firmware) que acepten código no firmado o variables Secure Boot manipuladas.
  • Persistencia en arranque: si el malware instala un bootkit o modifica el cargador de arranque (por ejemplo, reemplazo del MBR/boot sector o modificación del boot manager en sistemas UEFI), puede entrar antes de que el sistema operativo y los agentes de seguridad carguen.
  • Firmas y detección: las soluciones tradicionales que operan a nivel del sistema operativo pueden no detectar actividades realizadas antes del arranque. Es imprescindible disponer de controles que incluyan integridad de firmware, verificación de cadenas de arranque y telemetría temprana de la plataforma.

Para equipos de respuesta, una recomendación es preservar la imagen de firmware y los registros de arranque al primer indicio de compromiso; la evidencia a nivel de UEFI/firmware puede ser frágil y se sobrescribe con facilidad.

Casos comparables y tendencias

Existen precedentes relevantes que ilustran por qué este vector es especialmente preocupante:

  • Petya/NotPetya (2016–2017): malware que sobrescribía el registro de arranque para cifrar volúmenes y, en el caso de NotPetya, actuó de manera altamente destructiva, afectando a grandes organizaciones y cadenas de suministro.
  • LoJax (publicado en 2018): un rootkit de UEFI atribuido a actores estatales que mostraba que las plataformas UEFI podían ser objetivo para lograr persistencia a muy bajo nivel.

Los proveedores y la comunidad de seguridad llevan años alertando sobre el incremento de ataques dirigidos a firmware y a la cadena de arranque. Aunque los ataques a firmware siguen siendo menos frecuentes que los dirigidos al software de usuario, su complejidad aumenta el impacto potencial y la dificultad de recuperación.

Riesgos e implicaciones para organizaciones

La combinación de capacidades de tipo Petya con una evasión de Secure Boot eleva varios riesgos operativos y estratégicos:

  • Impacto en disponibilidad: compromisos a nivel de arranque pueden paralizar flotas de equipos y requerir recuperación a nivel de firmware o reemplazo de hardware en los casos más severos.
  • Pérdida de confianza en mecanismos de seguridad del hardware: la percepción de que Secure Boot puede ser vulnerado reduce su valor como protección exclusiva y pone énfasis en la defensa en profundidad.
  • Mayor coste y complejidad de remediación: a diferencia del malware a nivel de SO, la limpieza puede requerir reprogramación de firmware, reemisión de claves de plataforma o reinstalación completa con herramientas fuera de línea.

Recomendaciones accionables para defensores

Los siguientes pasos están orientados a practicantes de seguridad en entornos empresariales y administración de sistemas:

  • Aplicar parches y actualizaciones: verificar y aplicar a la mayor brevedad los parches relacionados con CVE-2024-7344 en firmware y componentes implicados, así como actualizaciones de proveedores de hardware y firmware.
  • Auditar y forzar Secure Boot: confirmar que Secure Boot está habilitado y correctamente configurado en todos los endpoints. Revisar y controlar las variables de Secure Boot (PK/KEK/db/dbx) y restablecerlas según las mejores prácticas del OEM cuando sea necesario.
  • Inventario de firmware y gestión de parches: mantener un inventario de versiones de firmware y aplicar procesos de actualización regulares; priorizar equipos expuestos en perímetros o con acceso a datos críticos.
  • Segmentación y limitación de privilegios: reducir el blast radius mediante segmentación de red, controles de acceso estrictos y minimización de privilegios en estaciones de trabajo y servidores.
  • Respaldo y recuperación fuera de línea: disponer de copias de seguridad offline y procedimientos de recuperación que no dependan de la integridad del sistema comprometido.
  • Monitoreo temprano y telemetría de arranque: desplegar controles que recojan telemetría del proceso de arranque, integridad del firmware y alertas de cambios en el cargador de arranque; usar EDR/telemetría con capacidades kernel/boot si están disponibles.
  • Preparación forense: establecer procedimientos para preservación de evidencias de firmware y arranque; en incidentes graves, considerar colaboración con proveedores y especialistas en análisis de firmware.

Conclusión

HybridPetya representa una convergencia preocupante: técnicas de ransomware persistente a nivel de arranque combinadas con una explotación capaz de eludir Secure Boot (CVE-2024-7344). Aunque la vulnerabilidad en cuestión ha sido parcheada, el hallazgo subraya la necesidad de defensa en profundidad que incluya gestión de firmware, verificación de la cadena de arranque y planes de recuperación robustos. Para reducir el riesgo, las organizaciones deben priorizar la aplicación de parches, reforzar configuraciones de Secure Boot y armar capacidades de detección y respuesta que incluyan telemetría temprana de la plataforma.

Source: thehackernews.com