México, el país OCDE con más horas trabajadas (≈2.200 al año): contexto, riesgos y recomendaciones

noviembre 1, 2025

México, el país OCDE con más horas trabajadas (≈2.200 al año): contexto, riesgos y recomendaciones

Resumen y datos clave

Los datos comparables de la OCDE sitúan a México por encima de las 2.200 horas trabajadas anuales por persona ocupada en 2023, frente a unas 1.632 horas en España. La diferencia supera las 570 horas al año por trabajador —más de 14 semanas si se compara sobre la base de una jornada de 40 horas semanales—. Estados Unidos, citado como punto de contraste, registra en la misma fuente alrededor de 1.796 horas anuales.

La OCDE define «horas trabajadas» como las horas realmente trabajadas por año divididas por el número medio de personas empleadas (incluye asalariados y autónomos; excluye vacaciones pagadas, bajas, festivos, etc.).

Qué miden estas cifras y por qué importan

Las horas trabajadas por persona no son únicamente una medida de esfuerzo: son un indicador compuesto que mezcla estructura del empleo, informalidad, prácticas de empresa y regulación laboral. Comparar horas brutas entre países ayuda a identificar posibles desequilibrios entre tiempo trabajado y productividad por hora, desigualdades en cobertura de derechos laborales y riesgos para la salud pública.

Históricamente, los países europeos occidentales aplican marcos reguladores —vacaciones mínimas, jornada máxima, convenios colectivos— que limitan el cómputo anual, mientras que economías con mayor proporción de empleo informal o contratos atípicos tienden a registrar más horas efectivas por trabajador.

Por qué México aparece tan por encima (análisis estructural)

  • Informalidad y estructura del mercado laboral. Una parte significativa del empleo en México ocurre en sectores informales y de baja protección laboral. En esos contextos no siempre se respeta la regulación sobre descansos y jornadas, y muchos trabajadores prolongan su jornada para aumentar ingresos.
  • Baja productividad por hora. Cuando la productividad por hora es baja, es frecuente que se compense con más tiempo de trabajo para alcanzar objetivos de producción o ingresos. Esto se da en actividades con escasa inversión tecnológica o procesos poco optimizados.
  • Incentivos de remuneración. Modelos salariales basados en pago por día, por unidad o en jornadas extensas incentivan prolongar la jornada para mejorar el ingreso mensual, especialmente entre trabajadores por cuenta propia o en microempresas.
  • Cumplimiento heterogéneo de la norma. La reforma de 2022 que duplicó el mínimo legal de vacaciones en México (de 6 a 12 días laborables tras el primer año) amplía derechos en el papel, pero su impacto real depende del cumplimiento y de la capacidad inspectora, que suele ser limitada en sectores informales.

Comparaciones relevantes: España, EE. UU. y otros casos

España registra alrededor de 1.632 horas por trabajador en 2023, próxima a la media de la OCDE. El marco español incluye, como mínimo, 30 días naturales de vacaciones (aprox. 22 días laborables) y convenios sectoriales que suelen añadir protección y regulación de jornadas.

Estados Unidos, si bien tiene menos horas promedio que México, destaca por ser el único país desarrollado sin un mínimo legal nacional de vacaciones pagadas y por una cultura empresarial que a menudo fomenta no tomar permisos. Encuestas como la citada de FlexJobs señalan que una proporción significativa de trabajadores estadounidenses renuncia a sus días por miedo a perder oportunidades o acumular trabajo.

En el contexto internacional existen casos comparables: Japón y Corea del Sur han vivido durante décadas culturas laborales de largas jornadas y han implementado reformas y campañas para reducir horas y mejorar conciliación; varios países europeos mantienen jornadas anuales significativamente menores gracias a regulación, negociación colectiva e inversión en productividad.

Riesgos e implicaciones — salud, economía y gobernanza

  • Salud y seguridad laboral. Jornadas largas se asocian a mayor fatiga, riesgo psicosocial, trastornos de salud mental y accidentes laborales. A medio plazo, esto genera ausentismo y rotación.
  • Eficiencia económica y competitividad. Muchas horas no equivalen a mayor output. La clave es output por hora: persistir en horas extensas sin inversión en tecnología, formación y organización frena mejoras salariales y el crecimiento sostenido.
  • Desigualdad y precariedad. Altas horas en sectores de baja productividad cristalizan brechas salariales y limitan movilidad laboral. Los trabajadores con menos protección suelen absorber la carga de horas extra.
  • Capacidad regulatoria. La existencia de derechos (vacaciones, límites de jornada) pierde eficacia si faltan inspección, sanciones o vías de reclamación accesibles para trabajadores en microempresas o empleo informal.

Recomendaciones prácticas para empresas, responsables políticos y profesionales

Actuar sobre las horas trabajadas requiere medidas simultáneas en el plano empresarial, laboral y público. A continuación, recomendaciones accionables dirigidas a distintos actores:

  • Para responsables de RR. HH. y empresas:
    • Medir y auditar horas reales: implantar sistemas de registro fiables (fichaje, registros de salida) y revisiones periódicas de carga por puesto.
    • Transitar de métricas de tiempo a métricas de output: establecer objetivos medibles por resultados y no sólo por permanencia presencial.
    • Plan de salud laboral: vigilancia de la fatiga, formación en gestión del tiempo, políticas de desconexión digital y promoción efectiva de vacaciones.
    • Automatización y rediseño de procesos para elevar productividad por hora, con programas de formación que suban competencias.
  • Para responsables públicos y reguladores:
    • Fortalecer la inspección laboral con recursos orientados a sectores informales y microempresas, y promover canales de denuncia y empoderamiento de trabajadores.
    • Evaluar incentivos fiscales o subvenciones para pymes que adopten medidas de reducción de horas sin pérdida salarial (pilotos y evaluaciones).
    • Fomentar la negociación colectiva y modelos sectoriales que regulen turnos, jornadas y acumulación de horas extraordinarias.
  • Para profesionales y sindicatos:
    • Registrar y denunciar incumplimientos; usar datos para negociar mejores condiciones y jornadas adaptadas a productividad real.
    • Promover la concienciación sobre salud laboral y derechos vacacionales; impulsar programas de retorno al trabajo tras vacaciones que eviten penalizaciones de carrera.

Conclusión

El dato de que México supere las 2.200 horas anuales por persona ocupada evidencia un problema estructural que combina informalidad, baja productividad por hora y cumplimiento desigual de derechos laborales. No es sólo una cuestión de horas: es un reto de productividad, protección social y gobernanza. Abordarlo exige medidas coordinadas: inspección eficaz, reformas empresariales orientadas a resultados, inversión en tecnologías y formación, y políticas públicas que hagan operativos los derechos en todo el mercado laboral. Para empresas y gestores, el camino práctico pasa por medir lo que importa —output por hora— y proteger la salud de la plantilla; para los gobiernos, por traducir cambios legales en cumplimiento real.

Source: www.genbeta.com