Microsoft soluciona el lag y el “stuttering” en software de streaming tras las actualizaciones de agosto de 2025

septiembre 10, 2025

Microsoft soluciona el lag y el “stuttering” en software de streaming tras las actualizaciones de agosto de 2025

Resumen del problema y solución

Microsoft ha resuelto problemas graves de lag y stuttering que afectaban a aplicaciones de streaming y captura de vídeo en sistemas Windows 10 y Windows 11 tras la instalación de las actualizaciones de seguridad publicadas en agosto de 2025. Los reportes acumulados indicaban que, después de aplicar esos parches, algunos equipos experimentaban pérdida de frames, audio entrecortado y picos de latencia en la captura y transmisión en directo.

Microsoft ha corregido una regresión de rendimiento que provocaba tartamudeo y retrasos en software de streaming en equipos con Windows 10 y Windows 11 tras las actualizaciones de agosto de 2025.

Contexto y por qué importa

Las plataformas de streaming y las aplicaciones de captura (por ejemplo, OBS Studio, Streamlabs OBS, servicios de videoconferencia y software integrado en juegos) dependen de rutas de procesamiento de audio y vídeo con requisitos de latencia y sincronización estrictos. Cualquier regresión introducida por una actualización del sistema operativo puede traducirse en una degradación perceptible de la calidad de la transmisión que afecta la experiencia del espectador y, en el caso de streamers profesionales, los ingresos y la reputación.

Históricamente, las actualizaciones de Windows han resuelto importantes fallos de seguridad y estabilidad, pero no es raro que cambios a bajo nivel —en el scheduler, en controladores gráficos o en la gestión de interrupciones— provoquen efectos colaterales en cargas sensibles al tiempo. Por ello, la industria sigue observando de cerca tanto los parches de seguridad como las posibles regresiones en rendimiento.

Análisis técnico y comentarios para profesionales

Desde la perspectiva de operaciones y desarrollo de software de streaming, estos incidentes suelen originarse en una de varias áreas:

  • Interacciones entre el kernel y controladores de dispositivo (GPU, audio, USB) que aumentan la latencia de E/S o provocan interrupciones irregulares.
  • Prioridades y políticas del scheduler de hilos en Windows que afectan a los procesos de captura o codificación de vídeo.
  • Alteraciones en APIs de tiempo real o en la gestión de buffers que introducen pérdida de frames o desincronización audio/vídeo.

Recomendaciones prácticas para equipos técnicos y streamers profesionales:

  • Antes de una emisión crítica, comprobar los foros oficiales de Microsoft y de las aplicaciones de streaming para detectar avisos o parches recientes.
  • Probar el sistema en condiciones de emisión (ensayo con la misma escena, bitrate y codificador) tras aplicar actualizaciones. Mantener una máquina de pruebas o un entorno de staging para validar actualizaciones grandes.
  • Actualizar controladores de GPU y audio a versiones compatibles publicadas por los fabricantes (NVIDIA, AMD, Intel, Realtek, etc.) tras un parche de Windows; a menudo las cadenas de cómputo y captura requieren drivers específicos para un rendimiento óptimo.
  • Si aparece un problema tras una actualización, recopilar trazas y métricas (registro de eventos de Windows, logs de la aplicación, uso de CPU/GPU, latencia de E/S). Herramientas como el Visor de eventos, Performance Monitor, y utilidades de DPC latency y traces de ETW ayudan a diagnosticar la causa.
  • Valorar temporalmente mitigaciones menos disruptivas que desinstalar un parche de seguridad, por ejemplo cambiar el codificador entre software (x264) y hardware (NVENC/AMF/QSV) o ajustar la prioridad de procesos y la configuración de capturadores.

Casos comparables y contexto más amplio

No es la primera vez que una actualización de sistema operativo introduce regresiones que afectan a cargas sensibles. En escenarios previos (de conocimiento general en la industria) se han visto problemas que afectaron a impresión, audio o redes tras actualizaciones acumulativas, lo que ha llevado a prácticas consolidadas de pruebas y despliegue escalonado en entornos profesionales.

Las emisiones en directo y la producción de contenido requieren disponibilidad y calidad constantes; por ello muchos creadores y organizaciones aplican políticas de estabilización que incluyen:

  • Ventanas de mantenimiento fuera de horario pico.
  • Deployments controlados por oleadas (canary deployments) para detectar regresiones antes de afectar a todos los usuarios.
  • Planes de contingencia para revertir cambios de forma rápida si la actualización provoca impacto en producción.

Riesgos, implicaciones y recomendaciones operativas

Los riesgos derivados de una regresión causada por una actualización incluyen:

  • Pérdida económica y reputacional para profesionales que dependen de transmisiones en directo.
  • Mayor soporte técnico y carga operativa para equipos de TI y desarrolladores de aplicaciones de streaming.
  • Decisiones difíciles entre mantener la seguridad del sistema (con los parches instalados) y conservar la estabilidad operativa (si se considera necesario desinstalar o bloquear un parche).

Recomendaciones concretas y accionables:

  • No desinstalar parches de seguridad de forma permanente sin un plan: si es imprescindible revertir una actualización para recuperar funcionalidad, documentar el cambio, aislar la máquina afectada de redes sensibles y programar la instalación del parche de seguridad alternativo tan pronto como Microsoft publique la corrección.
  • Mantener respaldos y puntos de restauración del sistema antes de aplicar actualizaciones importantes.
  • Configurar alertas y pruebas automatizadas que ejecuten flujos de trabajo de captura/streaming tras las actualizaciones, para detectar degradaciones automáticamente.
  • Considerar la virtualización o el uso de máquinas separadas para pruebas de actualización y para producción crítica del streaming.
  • Colaborar con proveedores de software de streaming y fabricantes de hardware: compartir logs y reproducir fallos ayuda a acelerar la identificación y corrección del problema.

Conclusión

La corrección de Microsoft para los problemas de lag y stuttering tras las actualizaciones de agosto de 2025 devuelve la estabilidad a muchos equipos afectados, pero el incidente subraya una lección importante: las actualizaciones del sistema operativo, aunque necesarias para la seguridad, pueden introducir regresiones que impactan cargas sensibles como el streaming en directo. Los profesionales deben aplicar buenas prácticas —pruebas previas, máquinas de staging, procedimientos de reversión documentados y coordinación con fabricantes de drivers y desarrolladores de aplicaciones— para minimizar la probabilidad y el impacto de estos eventos.

Source: www.bleepingcomputer.com